Adelina y Manolo eran un matrimonio feliz; a ninguno de los dos le gustaba el bullicio de una gran ciudad como era Sevilla, así que decidieron irse a vivir a un pequeño pueblo de la serranía gaditana. Allí, con sus dos pequeños y el trabajo en su huerta, se sentían dichosos, hasta que un mal hombre se interpuso en sus vidas llevándolos a una situación bastante angustiosa. Desde que éste apareció en su casa ya nada fue igual; ambos tuvieron que enfrentarse al más duro de los destinos: caer en manos de un poderoso sin escrúpulos; pero la dignidad y el coraje le hacen frente a la cobardía...