La llamada «revolución genética» se basa en la idea de que los genes tienen un papel determinante no solo en el normal desarrollo del organismo y en la aparición de las patologías, sino también en la determinación de la tendencia a enfermar.
Estos nuevos conocimientos y perspectivas han permitido identificar nuevas estrategias de prevención y nuevas curas (terapia genética) para determinadas enfermedades basadas precisamente en la acción de los genes.
El objetivo de este congreso, pues, es el de ilustrar las raíces históricas, jurídicas, científicas y culturales de la genética, intentando captar sus potencialidades reales positivas para la salud del hombre y las posibles derivas científicas y culturales que podrían acompañar a la genética así como sus consecuencias a nivel social. Derivas científicas que, en algunos casos, representan ya un estándar clínico (aborto selectivo), siendo aceptadas o incluso presentadas como progreso humano. Derivas culturales que pueden, en cambio, verificarse por una escisión de las dimensiones biológica y personal del hombre.