Afortunadamente, los tres meses más largos de la vida de Aidan llegaban a su fin. Sólo tres semanas más y ganaría la apuesta que había hecho con sus hermanos en la cual habían prometido aguantar noventa días sin sexo. Ya saboreaba la victoria.
Pero entonces conoció a Terry Evans. Tenía la voz suave y seductora, el tipo de voz que a un hombre le gustaba oír junto a él en la cama. Era una completa tortura para Aidan tener que mirar a aquella guapísima mujer sin poder dar rienda suelta a su poder de seducción. No, aquellas tres semanas no iban a resultarle nada fáciles?