Connor Reilly se había burlado de su hermano por haber sido el primero en perder la apuesta de que no se acostaría con ninguna mujer durante noventa días. Aunque aún le quedaban dos largos meses por delante, Connor estaba decidido a llegar hasta el final. Porque además de ser marine, era un Reilly. Connor llevaba dos años yendo a la tienda de Emma Jacobsen y ella le había escuchado cuando hablaba de muchas mujeres, por lo que creía que entre ellos había una amistad especial. Hasta que le confesó lo cómodo y tranquilo que se sentía con ella? ¡Y empezó la guerra!