Los dos primeros años de la presidencia de Obama fueron un paseo triunfal, en los que gozó de una popularidad excepcional y sacó adelante reformas revolucionarias, como la sanitaria y la financiera. Pero todo cambió tras las elecciones legislativas de noviembre de 2010 que ganaron los republicanos. Estados Unidos es hoy un país más conservador que nunca y Obama ha tenido adaptarse: ha dado un giro hacia el centro y se ha reinventado a sí mismo. El mayor conservadurismo de la sociedad americana, la debilidad de la economía y la pérdida de la primacía de Estados Unidos como única superpotencia mundial, se convierten en una bomba de relojería que pone en peligro la posible reelección de Obama para un segundo mandato presidencial en 2012, a pesar su reinvención política y personal.