Junto con la definición ?física? del universo y las diferentes interpretaciones acerca de los elementos que lo constituyen, el tema por excelencia en el panorama celeste fue el de los moradores de la octava esfera: las constelaciones y los signos del zodiaco. Estas figuras, aunque tienen su origen en la mitología clásica, adquieren una fisonomía muy particular a través de las interpretaciones que el mundo árabe hace de los textos griegos, siendo este aspecto el que deje su huella más personal en los repertorios iconográficos del mundo medieval.