Me pregunto, ¿cómo he llegado hasta esta situación? Aquí estoy. No sé qué es lo que me pasa. Todo sale negro, negro, negro. Despedida a todo lo que quiero, inesperada situación que acogota, camino de elefante hacia el cementerio sagrado, hacia el camposanto lleno de cruces cristianas. ¿Por qué la muerte es compañera de viaje? No, no me hagas esto. Tú, que has entrado con paso firme en la senda de la luz. No me refiero a la ?popularidad?. Soy como todos saben, enemigo de ella, y lo seré mientras viva. Es la gloria, la secreta, la de los comprensivos, la que proporciona una comunicación espiritual y pura entre los escogidos, la que yo te deseo. Entre oscuros parajes, angostos pasillos, sin luz que guíe, sin nada, ni nadie, atrapado en la indiferencia, vituperado por los rumores y dichos, olvidado por los que amo, asqueado por mis desdichas, me muevo, intentando desojar la margarita, la flor de mi vida. Necesito que vivas. Aquí está tu libro. ¿Qué haces? No te equivoques. Sé valiente. ¿Seguiré andando por el sendero del olvido, por el raíl del ?yo? no conocido, por la cañada amplia del rebaño sin rumbo, sin encontrar una mecha que encendida me dé calor, sin buscar una caverna habitada que me quite la venda?