La vida de Juan es tranquila hasta que su familia decide darle un giro radical. Gracias al apoyo de su nieto y de Izumi (una adolescente japonesa), intenta sobrevivir en un entorno cuya aparente calma resulta inquietante. La novela es como una montaña rusa, con grandes dosis de crítica a la sociedad actual en la que predomina la buena imagen y la hipocresía, aderezado con tintes de novela policiaca.