Pero, ¿debemos dejar de marcarnos metas más altas?, ¿abandonamos nuestros retos?, ¿es bueno el conformismo?. Lo que el autor propone es aprender a diferenciar entre el perfeccionismo neurótico y el perfeccionismo positivo u optimalista, como él lo llama. Para alcanzar la felicidad debemos disfrutar del éxito, apreciarlo, agradecerlo y aceptar el mundo tal como es.