LA NOCHE No quiero salir de noche que la luna me vigila y en la playa, negra, la arena brilla, rebrilla. Estrellas de mar furtivas, fuegos vanos, caracolas encendidas, arboles como navíos, y aquellos blancos fantasmas remando. El jinete cabalga su hastío entre espumas. Ya el aire va pregonando su cansado desvelar. Ya el día bosteza y ríe y el ruido comienza a herir la piel de la verdad.