Matt Devlin era el clásico donjuán millonario: guapo e irresistible. Era la atracción sexual personalizada. Su familia tenía tantas ganas de que sentara la cabeza que no hacían más que buscarle posibles esposas. Por eso, Matt sintió tanta desconfianza cuando descubrió que su nuevo fisioterapeuta era Kat, una rubia bellísima.
Kat se quedó horrorizada al darse cuenta de que Matt pensaba que la había enviado su familia. Ella estaba allí para ayudarlo después de su accidente, ¡no para casarse con él! Sin embargo, de tanto hablar de bodas y relaciones, la idea estaba empezando a resultarle tremendamente atrayente.