Escuchar llama a escuchar, la atención llama a la atención. Sólo la atención transforma a los órganos sensoriales en fuentes de sentimientos, de ahí que sea preciso tener la atención siempre dispuesta a ponerse a trabajar en el momento preciso.
Quien busca en el silencio y encuentra una obra musical, es porque la composición estaba allí. Aunque esta afirmación resulte paradójica y pueda antojarse en exceso poética, expresa una idea esencial: que el reposo es el estado que mejor permite contemplar el inicio del movimiento, la génesis de lo que será forma. Ello significa, en su paralelo acústico, que para recibir y comprender el sonido en su plenitud es necesario un estadio previo de escucha, un momento de atento silencio en el que se es incapaz de discernir cuán separados se hallan la razón y el espíritu, la no acción y el acto.
- del prólogo, de Ramón Andrés
Escuchar música requiere inevitablemente la aportación de un trabajo de atención, ese trabajo se aprende, alguno con más esfuerzo que otros pero sin duda de que se puede educar a la mente y al cuerpo en este fundamental oficio. Por eso se debe educar en el arte de escuchar.
En 1992 Fernando Palacios puso en marcha el Departamento Educativo de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria. Este modelo se extendió poco a poco por España y Latinoamérica, con especial incidencia en Navarra con el proyecto \"Música en Acción\" y la publicación de las colecciones La mota de polvo y Paisajes musicales en la editorial Agruparte perteneciente al Instituto MAP (música, arte y proceso).
Profesor de pedagogía musical, creador de grupos musicales, y director y presentador de programas de radio y televisión (Música sobre la marcha, Tira de música, Sonido y oído, Las cosas de Palacios y El oído atento), compositor de obras de conciertos, escritor de libros de recursos y profesor en distintas universidades, ha dirigido Radio Clásica entre los años 2008-2010 y es asesor del Teatro Real y del Gobierno de Navarra.