Argumento de "giro de Siglo" y Solidaridad
Pese a la urgencia de nuestros problemas nacionales, nuestra situación en la "aldea planetaria" nos emplaza a percibir los urgentes problemas de la humanidad en este fin de siglo y a reaccionar con un giro de nuestras conductas.
Este fin de siglo se define por una serie de desafíos cuya cruda objetividad nos invita y obliga a hacer de él ocasión para efectuar un giro en nuestras conductas públicas. Estado y socidad civil, gobierno y oposición, partidos, empresarios y sindicatos, familias y personas... compartimos una responsabilidad indivisible. Nos jugamos la supervivencia, la dignidad y la calidad de la vida humana sobre el planeta. No vale el hipócrita y el aburrido desplazamiento en corro de la responsabilidad sobre los de arriba, los de abajo, los de enfrente o los de al lado. La interdependencia de los problemas exige una solidaridad en la respuesta. Lo trágico, pero posible, es que regusemos compartirla.
El autor muestra la objetividad del desafío subrayando las convergencias de dos tradiciones diferentes y complementarias al analizar planteamientos y tareas de la solidaridad internacional: la doctrina social de las iglesias y el Desarrollo Informe 1992 de un organismo especializado de la ONU.
El urgente y necesario giro no se hará real sino es mediante una nueva cultura de la solidaridad. Las páginas más originales de "cuaderno" resultan las dedicadas a la necesidad de unos nuevos hábitos del corazón. La expresión, tomada de Tocqueville, vuelve a cobrar actualidad en la Política y la Etica contemporáneas. A los cristianos les resultará enriquecedora la conexión entre este cambio en los "hábitos del corazón" y la fe en el Dios Creador, Redentor y Señor de la vida. Ese Dios Uno y Trino llama a vivir el giro de siglo en talante de Adviento.0