¿Significa eso que Dios ha dejado de tener presencia y eficacia en la vida privada y pública de las personas al margen de las cualificaciones que, a menudo, como gigantescas losas insoportables, se han cargado sobre Él, y que ya no suscita el interés de las sociedades del siglo XXI?
Lluís Duch se enfrenta en este libro al exilio de Dios de nuestras sociedades contemporáneas consciente del egocentrismo o la ingenuidad que supone el hecho de creer que Dios solo se hace presente, actúa y se muestra como salvador con el concurso de los explícitos legal y culturalmente sancionados de nuestra religión y de nuestros códigos.