Emociones intensas como la ira y la agresividad constituyen para muchas personas un verdadero problema. Se les hace difícil confesar que alberguen esos sentimientos y del todo imposible manifestarlos. La ira es considerada como algo negativo, y debido a ello reprimimos esta intensa y creativa energía. Relacionarnos con ella nos resulta difícil, porque se nos ha educado para verla como una emoción destructiva que tenemos que evitar a toda costa. Hemos aprendido a temerla y a rechazarla.
Pero la ira es un sentimiento extraordinariamente importante para nosotros: aflora cuando algo nos supera y estamos desbordados. Vela por que seamos conscientes de nuestros límites y los dejemos claros. Nos ayuda a protegernos y a defendernos cuando nos agreden. Y nos indica que hay un problema del que no nos estamos ocupando. La ira es, así, un valiosísimo punto de partida desde el que empezar a hacer cambios en nuestras vidas.
Este libro quiere enseñarle a adoptar una actitud nueva y más sana hacia su ira. Valiéndose de explicaciones, ejemplos y ejercicios extraídos de la praxis terapéutica, sus páginas pondrán ante sus ojos un gran número de posibilidades con las que podrá relacionarse constructivamente con su ira y que le ayudarán a abandonar actitudes irracionales en su relación con la agresividad.
Anita Timpe, nacida en 1964 en Osnabrück, es licenciada en pedagogía social y psicoterapeuta. Al concluir sus estudios trabajó durante varios años con jóvenes y adolescentes. Tras recibir formación en terapia primaria integradora en Heidelberg, abrió en 1992 su propia consulta en Berlín, donde ofrece sus servicios a clientes y grupos y dirige seminarios. Desde hace años organiza seminarios sobre el tema de la ira. Otros temas que la autora suele trabajar son: abusos sexuales infantiles, curación sexual, encuentro con el corazón y seguir el propio camino. Desde 2005 dirige un grupo de formación en terapia primaria integradora.
Su metodología está influida, además de por la terapia primaria integradora, por la somatoterapia organísmica de Malcolm y Katherine Brown, por la terapia familiar sistémica y por sus propias experiencias de danza y teatro.