Con humor, habilidad y compasión, Thich Nhat Hanh nos muestra cómo cada uno de nosotros podemos aproximarnos a la persona ideal que hay en nuestro interior, la persona que simplemente es, que no tiene nada que alcanzar ni ningún lugar adonde ir.
«Si os encontráis a Buda, matad a Buda. [...]. Si os encontráis a vuestros padres, matadles. Sólo entonces podréis liberaros.» Maestro Linji, enseñanza 19.