Este libro trata de abordar uno de los objetivos de mayor importancia que la geografía social se ha planteado en las últimas décadas para superar el impase reduccionista de ciertos esquemas instrumentales en el momento de analizar la relación entre el espacio y el poder. La interacción relacional que asocia estos dos conceptos viene a ser explicada por el hecho de que la actividad educativa en las sociedades denominadas capitalistas no puede prescindir del alcance significativo que supone la posesión del espacio para instalar, en toda su extensión, una efectiva distribución territorial de la actividad pedagógica. Desde esta perspectiva, los diferentes textos que se incluyen aquí proponen un recorrido teórico-histórico a través de múltiples escenarios cuyo denominador común, se centra, fundamentalmente, en el largo proceso de implantación de ciertas formas de gobernar el territorio como el elemento principal en la reducción de la conflictividad social que se da en el espacio urbano con el objetivo de recomponer una metodología que dé la posibilidad de un análisis integral en cuanto a los usos, las apropiaciones y el control del espacio.