Dicen que las 3 de la madrugada es la hora del demonio, el momento en el que la frontera entre la realidad y lo paranormal se hace más fina permitiendo que los espíritus y fantasmas invadan nuestro mundo. Así, esta colección de relatos escritos cerca de las 3 de la madrugada es una representación de muchos de mis propios miedos y se ha conver¬tido en mi terapia particular para exorcizar esos miedos que me han perseguido desde que era pequeño. Por eso, muchas de estas historias han nacido de la mente de un niño asustado que con 47 años todavía mira hacia atrás cuando camina a oscuras por el pasillo de su casa por un vaso de agua en plena madrugada. Mi intención es transportar al lector de mis historias a esa tierna infancia en la que todavía tenía miedo a la oscuridad. También he pretendido que sea el lector quien ponga el final a mis historias, abandonándolo despiadadamente a su suerte sin poner re¬medio o solución a la tensión que he querido capturar en mis relatos. Así que, mi máxima aspiración es hacer que el lector sienta un leve cosquilleo en el cogote al caminar por el pasillo de su casa en la oscu¬ridad de la noche, ¿por qué no volver a ser niños?