Loreto llega a la casa de la playa, donde duermen los recuerdos de su infancia, bordeando la locura. Desde la cotidiana necesidad de sobrevivir, se enfrenta a su pasado, tanto a su tiempo profundo y antiguo como al más reciente y trágico que la ha expulsado de la ciudad sin equipaje; su natural rebelde va emergiendo, ayudándola a superarse. En la mansedumbre con que transcurre el tiempo a orillas del mar Menor, tampoco le faltan peripecias, y sin heroísmos estridentes, lucha por renacer, bogando entre corruptelas municipales y el contrabando internacional. Respaldada por el sol, el viento, las nuevas amistades y el amor, no se rinde.