CARTA A UN DESCONOCIDO Amigo, no temas. Escribo para que no estés solo, para que lo rompas, si quieres; para que sepas que estoy aquí, para que no tires la toalla, para que sueñes, rías, no temas. Te ofrezco el calor de mi boca, la frialdad de la lengua, la lentitud de los brazos más allá de la página. No tengo dinero, pero me gustaría; no tengo amor, pero me gustaría; no tengo un teléfono para llamarte, pero me gustaría. Eso es todo lo que tengo. Eso es todo cuanto es tuyo.