En las ciencias sociales y humanas, el análisis de los casos extremos suscita importantes y relevantes cuestiones teóricas que nos permiten considerar la normalidad, los conflictos y las crisis bajo otro prisma. Al mismo tiempo, también abren un interrogante moral sobre la práctica de nuestras disciplinas, cuando se reflexiona sobre las omisiones y silencios que ciencias como la Antropología han mantenido ante catástrofes sociales y culturales, como los etnocidios y genocidios del siglo xx, que han padecido tanto personas pertenecientes a las culturas de donde procedían los antropólogos como a las de las sociedades que han estudiado tradicionalmente.