Para Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960), el Zaragoza son recuerdos de Las Gaunas de Logroño y de goles de Felipe Ocampos en La Romareda. Es el desesperado braceo de Seaman en la final de la Recopa contra el Arsenal el 10 de mayo de 1995, las propiedades terapéuticas del gol de Nayim y recitar de carrerilla, con entonación de poesía escolar, viejas alineaciones del Zaragoza de su infancia.