El primer recuerdo en la vida de Ander Izagirre es una explosión de gritos, saltos y abrazos en casa de sus abuelos: el gol de Zamora que daba la liga a la Real Sociedad en el último suspiro. A partir de ese primer recuerdo luminoso, Izagirre va tirando del hilo, recogiendo historias asombrosas de su familia, de su ciudad (San Sebastián) y de un mítico estadio, Atocha, en donde "se mezclaba el tufo fermentado y dulzón del mercado de frutas con el aroma fresco de la hierba recién regada y el humo de los puros"