¿Es posible detener la globalización? ¿Serán los ciudadanos indignados capaces de frenar la ofensiva contra la democracia? ¿Es posible vivir de otra manera?
Desde el inicio de la década de 1980 se ha vuelto banal mencionar la globalización y la mundialización de la economía y de nuestras sociedades. Desde todas partes se nos acribilla con lugares comunes cada vez más monótonos y repetitivos sobre las exigencias de la mundialización y la necesidad de adaptarse a ella. La prensa, la televisión, las investigaciones académicas, los discursos de los responsables políticos y económicos nos repiten hasta la saciedad, cotidianamente, que nada puede detener el tren en marcha de este movimiento. Quienes se nieguen a ello serán los perdedores de la Historia, los retrasados de la civilización, de la cultura y del progreso técnico.
Espero que los análisis contenidos en esta obra sean útiles a los lectores que se preocupan por orientarse en el laberinto de la globalización del mundo y que tratan de comprender las cuestiones económicas complejas que los «especialistas» han vuelto oscuras, para aprehender mejor el mundo peligroso e injusto en el que viven y, eventualmente, participar en el cambio que ha de producirse día u otro.