Descubre al hermano de Judy Moody
¡Loco! ¡Loquísimo! ¡El más loco!
El increíble caramelo Rompemandíbulas Supergaláctico que Stink se ha comprado no funciona: no le ha roto la mandíbula. Pero Stink escribirá una carta para quejarse y recibirá a cambio... ¡una fantástica respuesta! Le envían (gratis) una enorme caja llena de caramelos y dulces. Lo malo es que decide escribir más y más cartas, y... ¡eso traerá algunas consecuencias!
Así comienza Stink y el increíble Rompemandíbulas Supergaláctico:
¡Enorme!
¡Supercolosal!
¡Intergaláctico!
Stink se encontraba en el mismo centro de la supertienda de chuches «El silbato». A su alrededor se sucedían estanterías y estanterías repletas de bolas de anís, de monedas de chocolate de un dólar (que costaban 40 céntimos), de fresas de azúcar roja, de gominolas gigantes de colores, de ositos de regaliz, de colmillos de dulce, de ojos de caramelo, de gotitas de limón...