La cruzada contra las drogas comenzó a principios del siglo XX en Estados Unidos con motivaciones moralizantes, racistas, económicas y políticas. La gran potencia encontró un nuevo pretexto para imponer su supremacía, y entabló una lucha encarnizada que ha exportado al resto del mundo, y que desde entonces se ha cobrado miles de vidas, y ha fomentado la corrupción y el crimen organizado. Ha llegado el momento de cambiar de paradigma, y de plantear la legalización de las drogas como solución para terminar con uno de los negocios ilegales más lucrativos de todos los tiempos.