Sobre Keane había recaído la responsabilidad de cuidar a la gata infernal de su tía abuela, y estaba desesperado por dejarla en manos de alguien que pudiera hacerse cargo de ella. Pero, aunque estaba seguro de que no había visto en su vida a la impresionante dueña de la guardería de mascotas, parecía que esta estaba enfadada con él...
Willa no podía negar que Keane había cambiado desde el instituto, para empezar, era menos arrogante, pero ¿podía confiar en que él no volviera a romperle elcorazón?