En una cloaca de los barrios bajos de Londres aparece el cuerpo sin vida de un adolescente. Para asombro de todos, la identificación revela que se trata del primogénito de una aristocrática familia. Cuando el inspector Pitt y su esposa Charlotte empiezan a investigar el crimen, tropiezan con las reticencias de los padres del muchacho, decididos a impedir que se aireen ciertas cuestiones escabrosas. Una vez más, el caso pone de manifiesto las contradicciones entre apariencias y realidad en la Inglaterra victoriana.