Luis, un diplomático madrileño, se propone hacer las paces con su mujer que decidió romper con él y para eso, fue en su búsqueda en la provincia de Cádiz en cuya capital nació ella y pasó gran parte de su vida en la ciudad de El Puerto de Santa María. Consiguió su propósito con la ayuda de Juan, un viejo pescador originario también de la tacita de plata. Pero Dolores tiene otros planes donde no caben ni el hombre con quién se casó y formó una familia, ni un antiguo enamorado que frecuentó antes de su compromiso con Luis. La vida de ese trío de personajes abarca más de un cuarto de siglo de la historia reciente de España. Su manera de pensar y de actuar ha ido evolucionando al mismo ritmo que el país, pues de ser estudiantes y veinteañeros durante los últimos coletazos del franquismo, pasaron a ser adultos en plena democracia. En torno a los tres, gravitan unas fi guras tan singulares como ellos, cuya existencia pone en evidencia lo mejor como lo peor de esos personajes. En la trama, entra en juego un abanico de sentimientos; la pasión, el amor, el deseo, la amistad, la codicia, el egoísmo como la fi delidad, la traición, los prejuicios y la generosidad. En suma, lo más sublime como lo más detestable de la condición humana.