La incidencia teórica y práctica de las nuevas corrientes educativas renovadoras se convierten en fuerza desigual a lo largo de la geografía y de la historia.
Podríamos afirmar, de alguna manera, que la Escuela Nueva ha sido el resultado de las necesidades de la sociedad capitalista moderna.
Los Estados Unidos, desde la independencia, ha sido el país que más deprisa ha facilitado el acceso de las masas a la escuela primaria y, más adelante, a la secundaria y superior.
Dewey era consciente del hecho de que este esfuerzo cuantitativo de escolarización no se correspondía con una mejora cualitativa. Este era el diagnóstico que él hacía: existe un divorcio importante entre los cambios económicos y tecnológicos y la toma de la conciencia social de estos cambios, a causa sobre todo del peso de la moral tradicional y de unos hábitos y valores arcaizantes.
Y este divorcio sólo se puede superar con la sonsolidación de la democracia a través de una nueva estrategia educativa, aplicando el método del conocimiento científico en todos los ámbitos de la vida individual y social y enseñando a futuros ciudadanos los hábitos para participar en una sociedad democrática.