La tesis central de este fascinante estudio es que en el ser humano lo innato o genético y lo adquirido no se puede separar ni expresar en porcentajes. Todo lo innato queda "empapado" con lo aprendido y participa en la construcción de sentidos. Así, por ejemplo, la observación etológica de una conversación puede registrar los componentes ya presentes en la comunicación animal (movimientos, miradas, tonos e intensidad de la voz, gestos, mímica), pero entre humanos tiene la función de acompañar las palabras para añadirles más intensidad y más matices comunicativos. De este modo, l a palabra queda realmente encarnada en nuestra animalidad. Pero ésta se convierte en un conjunto de señales para los otros, transportados a través del lenguaje.
Un tema muy poco tratado que Cyrulnik aborda en este libro es la asombrosa frecuencia de incestos. Los niños que nacen de estas relaciones de las que no se puede hablar, quedan fuera del sistema simbólico. Es un problema social y psicológico grave, que por ahora sólo se puede dé en adopción para darle una identidad nueva.
Boris Cyrulnik es neurólogo, psiquiatra y psicoanalista y uno de los fundadores de la etología humana. Profesor de la Universidad de Var en Francia y responsable de un grupo de investigación en etología clínica en el Hospital de Toulon. De sus numerosas obras, Gedisa ha publicado además Los patitos feos, El encantamiento del mundo y El murmullo de los fantasmas.