En los orígenes del mundo la Luz y las Tinieblas establecieron un pacto según el cual, llegado el tiempo acordado por ambas partes, desencadenarían una guerra sin cuartel por el dominio del planeta. Druidas y magos, conocedores de dicho pacto a través de la Oillteil Mallachd (Terrible Profecía, en antiguo celta-gaélico) han esperado con sagrado y justo temor ese tiempo apocalíptico cuyo reloj se pone en marcha en los albores del siglo veintiuno.