El compromiso cívico del filósofo, es decir, el compromiso cívico de cualquier de nosotros; el abandono de aquello sagrado sin renunciar al misterio de la existencia del mundo; las experiencias de la muerte en situaciones límite como la pena de muerte, el suicidio o la eutanasia, teniendo en cuenta que la vida no es algo sagrado; los derechos de los animales como una extensión de los derechos que los humanos nos otorgamos a nosotros mismos; la cuestión de nuestra identidad como personas; los problemas de las identidades sexuales en el momento de formar una familia, son los «asuntos pendientes», es decir, los problemas tratados en este libro. La reflexión que suscitan apunta a una comprensión más pertinente de la condición humana, que destaca la responsabilidad individual, basada en el razonamiento informado, como elemento clave, en la medida que el ser humano se enfrenta a un abanico de posibilidades y tiene que elegir.