Este libro recoge la peripecia vital de un niño, que aprende a vivir, a lomos de una adolescencia encorsetada por el fundamentalismo ideológico y religioso; sus vaivenes existenciales, el descubrimiento de otras realidades, la lucha que se desencadena en su interior para darles acomodo, constituyen un apasionante relato; la aparición de ARGOS, perro con el que establece fuertes vínculos afectivos, significa la irrupción de nuevos sentimientos, que perdurarán mientras viva. Conceptos como el amor, la muerte, la fidelidad, la propia existencia y el sentido de la vida, salen a la palestra, sometidas a consideración y a juicio sumarísimo, en su caso; el lector es invitado a participar en los debates, en un ejercicio interactivo muy sugestivo. ???..decía que la tormenta cesó y todos comenzamos a llenar los pulmones de un aire fresco y perfumado, que delataba a setas y amizcles, prestos a aparecer entre los pinos; en un recodo del sendero, acurrucado y tembloroso, aparece la silueta de un perro, en posición fetal desde que retumbó el primer trueno; sólo mueve los ojos, tristes, desconsolados; al acercarnos abandona el lecho de una vieja topera que había acertado a encontrar como refugio, y nos mira desconfiadamente; un excursionista, de Tarazona, nos dice haberlo visto una hora antes; su dueño era un médico de aparato digestivo de La Paz; vió cómo su hijo se divertía golpeando al animal con un palo de golf; cómo su mujer le negaba cualquier despojo del pollo asado que habían despachado y, para colmo, cómo su dueño aceleraba su audi 100, mientras miraba por el espejo retrovisor izquierdo a su mascota, que les seguía con un trotecillo, dispuesto a seguir la broma; un nuevo y brusco acelerón le despertó a la realidad???