Este libro agrupa dos experiencias poéticas del autor. En una primera parte se realiza un ejercicio de memoria en el que se evocan personas cuyo recuerdo a pasado a formar parte del poso biográfico más imprescindible. En la segunda parte, se recogen, en prosa poética, una serie de instantáneas de obligada salida al exterior; son declaraciones en las que la necesidad va por delante; en las que se busca más la cura terapéutica que el entendimiento. Tanto en un caso como en el otro, se tiene la sensación de haber pasado por la experiencia sin la menor toma de conciencia; como si no existiese sujeto alguno. Solamente después de una lectura interesada, el escritor es capaz de asociar a su vida el contenido literario, y hacerlo suyo. A la vista de este texto, de su concepción y de la conclusión dejada en su autor, se podría decir: ? La vida no es mágica, son nuestras opiniones y nuestras sensaciones las que consiguen hacerla así ?.