Nuestros sentimientos están presentes en todo lo que hacemos día a día. Todo cambia a nuestro alrededor y, de pronto, lo que creíamos perpetuo, inalterable, da un giro de 180º y poco podemos hacer. Lo único que podemos intentar es que, aunque todo se trastoque a nuestro alrededor, nuestra esencia siga ahí para que podamos seguir adelante.