No fue consciente. Observar la luz y sus gestos tomaron peso con el tiempo. Siempre estuvieron cerca direccionando los afectos y las carencias. Aglutinaron emociones hasta llegar a esto. Las que quise, las que admiré. Las mujeres que me retaron, las que me gustó como se reían. La mujer que me dio la vida. La que parecía inalcanzable porque salía en la tele, y era tan buena actriz que me hipnotizaban sus maneras. La que iba caminando y me hizo recordar a mi abuela que ya no está. Entonces empezaron a juntarse los negativos, acumulando polvo con el tiempo violento que no avisa que pasa tan rápido, hasta llegar a una lectura de la presencia beligerante que cada una tuvo.