El olor de la sangre, la tortura, cabezas que ruedan envueltas en llamas, las espadas que chocan en una pugna sin sentido. Detrás de todo eso, la figura del Inquisidor, queriendo pavimentar un camino de trascendencia que deja al descubierto sus más profundas bajezas. Irene Geis construye, con un ritmo narrativo envidiable, una atractiva trama que recorre, a partir de las figuras de Torquemada e Isabel, la historia del Cristianismo y, sobre todo, la de sus contradicciones más evidentes y perdurables.