Con el telón de fondo de una sociedad cegada por el brillo del dinero fácil y de las apariencias, la historia de Frankie aborda con el ánimo crítico de un ajuste de cuentas, pero también con la empatía de quien, en última instancia, comprende a los demás los temores masculinos, el miedo a crecer y la dificultad de dejar atrás una adolescencia que parece perpetuarse.