Los trastornos del espectro autista se detectan, diagnostican y tratan en España muy tardíamente (entre los 4 y 5 años). Este hecho tiene graves consecuencias para el niño y su familia, ya que a partir de los tres años, que es cuando el trastorno interioriza y empieza a formar parte de su personalidad, los tratamientos son más costosos, más intensivos y menos satisfactorios. Sin embargo, sabemos hoy día que la detección, el diagnóstico y el tratamiento del funcionamiento autista es posible en el primer año de vida del niño, lo que impide que se instale permanentemente en su psiquismo temprano. Para ello, habría que centrarse en el estudio de las alteraciones precoces de la interracción cuidor-bebé que dificultan o impiden el acceso de este último a la intersubjetividad, que es la capacidad de compartir la experiencia vivida con el otro, percibido como separado y diferente.
El autor adopta una perspectiva relacional para comprender el desarrollo humano y su psicopatología, reforzada por los recientes avances de las neurociencias, que muestran cómo lo ambiental y relacional contribuye al desarrollo psiquicocerebral, modificando y regulando los procesos genitocobiológicos del ser humano, abriéndonos un camino esperanzador hacia una comprensión integradora del autismo.
La lectura del libro será de gran utilidad para profesionales del ámbito sanitario, sociosanitario y educativo, así como para los padres y familiares de las personas afectadas por autismo.