Con una pulcra y determinada precisión, Ramón Asquerino enlaza unos versos con otros como quien desvela enigmas semánticos sentado en la orilla del lenguaje. A través de un ritmo que seduce al corazón mismo de las palabras, nos invita a adentrarnos en los temas universales del amor, la ausencia o el paso del tiempo desde una perspectiva personal, magistralmente expuesta con insólitas metáforas y acertados juegos de palabras. Y todo ello con la huella permanente del mar Egeo blandiendo su enigmática presencia tras cada uno de los poemas.
Has regresado tan lenta que te veo despacio,
de lejos, mejor que de cerca:
Y casi a tientas descubro los cromos en blanco y negro
despegados del alma.