La cuestión de su nombre ha generado no pocas controversias, aunque la opinión más generalizada es que proviene del término árabe Al-Balat, que significa simplemente camino empedrado. A partir de ahí derivó a Balata, y luego a Plata. Las primeras noticias documentadas de esta denominación son de finales del siglo XV, en una carta de Cristóbal Colón a su hijo Diego, en la que la denomina escuetamente como La Plata, y en un texto del gramático Antonio de Nebrija, que, hablando de la famosa vía de la Lusitania añade qui vulgo dicitur Argentea.
Pero incluso el término Camino empedrado es inexacto, porque la calzada estuvo empedrada únicamente hasta Salamanca, siendo el resto tan sólo una ancha vía con suelo de tierra.
Posteriormente la utilizaron los árabes para sus penetraciones en tierras cristianas, sobre todo Almanzor, y los leoneses para conquistar las tierras extremeñas antes de unirse definitivamente a Castilla con Fernando III.
La guía consta de cinco volúmenes: Un Diario del Caminante y cuatro tramos de campo (Sevilla-Cáceres, Cáceres-Salamanca, Salamanca-Astorga y Astorga-Santiago), presentada en una atractiva caja de madera si se adquieren todos los tramos juntos.