A papá le gustan los artilugios; al pequeño Peter y a la pequeña Jane les gusta provocar incendios, intentar matarse el uno al otro y hacer que mamá tenga que tomarse unas copas; y lo que necesita mamá es tomarse un descanso y desconectar...
Mamá ha cumplido 39 años. Lo que ve ante sí es un deprimente futuro lleno de invitaciones a asistir a clases avanzadas de yoga, y de educadísimos clubes de lectura donde todos afirman estar «contentillos» tras una copa de vino.
Pero mamá no quiere adentrarse en ese crepúsculo de mujeres con peinados sensatos que «viven para sus hijos», que compiten en el cole contándose los logros de sus retoños y que alardean de sus más recientes vacaciones; qué va, lo que hace mamá es agarrar una buena copa de vino y mascullar «¡Qué asco de vida!» una y otra vez. Hasta que recuerda la fantástica idea que se le había ocurrido...