Por otra parte, recordemos que las lágrimas de un hombre, esa aparente fragilidad, le humanizan y son muy buenas para la salud. Verlas correr es algo precioso y ojalá muchos pudiésemos verterlas con más frecuencia.
Además, nacimos dentro de un breve paréntesis de lágrimas, de lágrimas de dolor y de alegría, y luego nuestra vida es ese paréntesis.
PVP (En papel)