Ni su irascible padre ni el temido espionaje del Santo Oficio pueden con una muchacha que, por la unión de sangre indígena y herencias europeas, no conoce límites ni respeto por las leyes de este mundo o las del otro.
El nuevo gobernador de Santiago es recibido en la Plaza Mayor. El escenario es como la vida misma: abajo los indios o mestizos; en los balcones los poderosos europeos. Dos mundos tan opuestos como distintos son un círculo de una cruz. Solo Catalina parece saber cómo transformar tanta diversidad en un verdadero reino. Ni su irascible padre ni el temido espionaje del Santo Oficio pueden con una muchacha que, por la unión de sangre indígena y herencias europeas, no conoce límites ni respeto por las leyes de este mundo o las del otro.