«. tan penoso amaneçe, quando sin pensar anochece. La mitad del tiempo se lo lleba el sueño y la otra mitad la ambiçión del mundo. Y el mundo perece y, con la muerte, se acaba. Discuydados estamos, dibirtidos bibimos, en cosas que no aprovechan ocupamos el tiempo. El tiempo es brebe y el tránsito forçoso, y todo es finito y pereçedero. La muerte nos sigue, huyr no podemos. Los años de la vida son limitados y los días se cuentan por minutos. De los minutos se haçen las oras, de las oras los días, de los días semanas, de las semanas meses, de los meses años y de los años siglos.»