Sors, cuya fama actual es la de una figura crucial en la elevación de la guitarra a instrumento apto para la gran música, tuvo en s.u tiempo una proyección internacional propiciada por los exilios a que le llevaron sus compromisos con los hechos públicos. Combatió con las armas por la causa patriótica española en la Guerra de la Independencia, pasando después al bando pro-francés; junto a esa dualidad, su doble sentir catalán y español y sus pasiones, a menudo conflictivas entre sí, por mujeres, por la música, y por causas políticas y nacionales, le convierten en una figura a la vez singular y representativa del surgimiento de una-nueva sensibilidad expresada en un arte que, como nunca antes, se abre a la realidad del mundo en esos tiempos que Sors comparte con Goya, Beethoven, Goethe, Byron o Chateaubriand.