El objeto literario, por sí mismo, presenta una enorme variedad de registros y de alianzas, y, por consiguiente, hay que tener en cuenta la posibilidad de acudir al más insólito o impensable de los discursos aunque no posea un claro estatuto de cientificidad según los parámetros al uso- para esclarecer esos registros o desentrañar las alianzas aludidas. Pretender alcanzar esos resultados científicos cuando se estudia la literatura no solo puede significar perder de vista el objeto mismo que es materia de estudio, sino que suele acarrear, además, cierta censura de la inteligencia en el acto de leer y comprender los libros. Estas carencias son las que desea compensar la presente obra.