La obra se divide en tres partes en forma de cartas a un estudiante de dibujo. Empieza por las técnicas, instrumentos y ejercicios prácticos más sencillos con la guía siempre presente de Ruskin, que advierte y se adelanta juiciosamente a los problemas. Los ejercicios aumentan en dificultad y permiten desarrollar habilidades cada vez mayores hasta llegar al manejo de la acuarela y a la composición, de la que explica detalladamente todas sus leyes y fundamentos. Tres láminas en sendas páginas, 48 grabados y diversos diagramas complementan la comprensión del texto, así como un extenso apéndice dedicado a las mejores obras del arte universal.
Es difícil encontrarse con un libro de la importancia histórica de éste, que ha resistido exitosamente la prueba del tiempo y que sigue siendo tan útil como cuando fue creado. El profesor Lawrence Campbell declaró: "En Técnicas de Dibujo no hay nada que no sea digno de la atención del artista profesional o del estudiante de arte. El libro es una joya de información y claridad."