Durante la segunda mitad del siglo XVIII se construye en Sevilla el nuevo barrio de la Laguna, creación con la que se urbaniza un histórico solar intramuros de la ciudad, antiguo lupanar y sector marginal en pleno centro de la urbe. Este nuevo espacio urbano se debe entender como una concreción singular de la cultura ilustrada en Sevilla. Patrocinado por la administración municipal, con la figura destacada de Pablo de Olavide a la cabeza, la promoción de su arquitectura se efectuará por un grupo de comerciantes embebidos de las ideas de reforma social y ciudadana, que se implican en el proyecto de tal modo que hasta edificarán sus propias mansiones en la nueva calle larga del barrio.
En la morfología y arquitectura de este nuevo barrio se observarán los principios estéticos destinados a salvaguardar la homogeneidad formal, la felicidad del común y el orden urbano, objetivos pretendidos para la nueva visión de la ciudad que auspicia el Siglo de las Luces. Junto al contexto de su génesis y los principios y acciones concretas que explican su configuración, el presente estudio indaga sobre la dialéctica de continuidad y transformaciones con la que se desarrolla su historia posterior, desde el siglo XIX hasta nuestros días.